sábado, 14 de julio de 2007

Cuidado al utilizar dinero plástico y pagos electrónicos!

SANTO DOMINGO.- Cada vez más el uso del plástico constituye una comodidad más a la hora de realizar transacciones electrónicas, pero es cierto que también cada día los “hackers” o piratas informáticos, ladrones de identidad, y redes mafiosas de alcance internacional se mantienen al acecho para sustraer los pocos o muchos recursos de los tarjetahabientes en todo el mundo.

A esto no escapan los usuarios de República Dominicana, pese a que las entidades bancarias siguen en “vigilia permanente” con mayores controles.

No se trata de piratas de ultramar, sino informáticos, esto es, expertos en tecnologías de la información que roban identidades, clonan el plástico de cualquier usuario, roban el PIN (clave de seguridad), y hasta colocan “cajeros falsos” para cometer esos delitos.

Recientemente en Estados Unidos y Canadá un “hacker” logró robar la identidad de millones de tarjetahabientes y sustrajo una millonada de los bancos.
En el país, según el Departamento de Protección al Usuario de la Superintendencia de Bancos de República Dominicana, se dan algunos casos. “Los hay”, pero no son alarmantes, y por eso para evitar esos problemas hay que estar al tanto y “empaparse” de todas las medidas de seguridad para protegerse. La Asociación de Bancos de República Dominicana considera que los delitos con tarjetas han disminuido.

De acuerdo con datos estadísticos de marcas como Visa, MasterCard y American Express, en el último trimestre esa modalidad de fraude ha bajado de manera considerable en nuestro país con relación a la región del Caribe, lo cual lo atribuyen al monitoreo constante y a los mecanismos de defensa que se han estado aplicando, explica el Comité de Seguridad de la ABA.

A pesar de que las entidades locales vinculadas directamente al sistema financiero hablan de una reducción de casos, y que los que se dan son aislados, se trata de una realidad.

Aproximadamente un mes atrás un tarjetahabiente dominicano casi muere al recibir una llamada telefónica mientras trataba de acomodarse en el asiento de un avión, con la siguiente pregunta: autoriza usted la compra de unos diamantes valorados en US$34,000?. Un ‘no’ inmediato impidió el fraude que sucedería en un lugar remoto, con los números de su tarjeta internacional de crédito.

Una semana más tarde un joven se acercó a una cajera de una entidad bancaria a la que reclamó que le habían usado su número de tarjeta de crédito para retirar la suma de RD$20,000. Se encontró-le decía- sin un centavo y fue a buscar RD$2,000 a un cajero automático cercano, pero para su mayor sorpresa no tenía un solo peso disponible según los resultados impresos en el “voucher” de la transferencia.

La respuesta fue simple: señor, no sólo a usted; este fin de semana los bancos hemos tenido que reembolsar una millonada, pues varios clientes han sido afectados. No se preocupe, el banco cargará con el fraude, pues se ha determinado que usted no hizo el retiro. Indiscreción o no, la cajera bancaria había dado una señal de alerta.

Otro panorama se presentó con un retiro de RD$20,000 a un médico reconocido, al que también para suerte suya el banco asumió la defraudación cometida también en un cajero automático.
Muchos se han preguntado si habría que guardar el dinero como la abuelita debajo del colchón o si mantenerse con el sistema guardando la distancia, y usando las medidas de protección recomendadas. “Personalmente -dijo Amarilys Medina, una tarjetahabiente de más de 10 años- prefiero seguir usando el plástico, sólo que ahora tendré más cuidado, porque en cualquier lugar del mundo toda actividad tiene sus riesgos.

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